Basta con tus pupilas para incendiarme.
Mi alma es la llama
que arde en medio de la nada y
en todas direcciones.
Quemando la palabra,
abrasando amaneceres,
la gravedad se convierte en cenizas.
Presiento que esta noche el silencio
me va a vencer.
Una vez más.
G. S.
El silencio puede vencernos, "si nos dejamos..."
ResponderEliminarUn abrazo.