lunes, 25 de mayo de 2015

Impronunciable sentir

Como desembocar en la confluencia
                 de todos los mares siento
                 lo que no puedo nombrar.

Las palabras son caballitos de mar
que huyen 
a lo más hondo de
este cuerpo 
que no se somete

Y buceo entre barcos hundidos,
llenos de nostalgia y destello. 

Aquello que no tiene nombre,  
sube y baja 
por mis túneles submarinos. 

No miento.
Aunque yo también me hunda
en mi propio lenguaje pantanoso;  
lo siento aleteando y 
erizando cada uno de mis enigmas.

Sin significante que resuene y 
vuele libre por los aires, 
como un cosquilleo indecible. 
Viaje de ida y vuelta 
              a las profundidades. 


G. S.




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