de todos los mares siento
lo que no puedo nombrar.
Las palabras son caballitos de mar
que huyen
a lo más hondo de
este cuerpo
que no se somete.
Y buceo entre barcos hundidos,
llenos de nostalgia y destello.
Aquello que no tiene nombre,
sube y baja
por mis túneles submarinos.
No miento.
Aunque yo también me hunda
en mi propio lenguaje pantanoso;
lo siento aleteando y
erizando cada uno de mis enigmas.
Sin significante que resuene y
vuele libre por los aires,
como un cosquilleo indecible.
Viaje de ida y vuelta
a las profundidades.
G. S.
Definir lo que se siente es complicado.
ResponderEliminarUn abrazo.