La salamandra gatea por
el tallo
y se tambalea a cada paso.
Va sacando su lengua burlesca
por el camino empinado.
Con su minúsculo ojo de zafiro
vigila el vuelo de la libélula,
se relame. Se precipita al suelo.
y se tambalea a cada paso.
Va sacando su lengua burlesca
por el camino empinado.
Con su minúsculo ojo de zafiro
vigila el vuelo de la libélula,
se relame. Se precipita al suelo.
Sus manchas de serpentina amarilla
en perpetuo bamboleo...
Mira y busca la clave de la ecuación:
quiere alcanzar la cumbre del girasol
y conquistar la planicie desde lo alto.
Sueña la salamandra con ver aquello
que la libélula – devorada –
no le podrá contar jamás…
en perpetuo bamboleo...
Mira y busca la clave de la ecuación:
quiere alcanzar la cumbre del girasol
y conquistar la planicie desde lo alto.
Sueña la salamandra con ver aquello
que la libélula – devorada –
no le podrá contar jamás…
G. S.
Castrojimeno, agosto 2014. Gema Sanz |
La salamandra sueña con tus letras, gatea por entre tus versos, te mira y se balancea entre tus puntos y comas.
ResponderEliminarUn beso, preciosa.
Querida María, he de reconocer que me has hecho esbozar una amplia sonrisa con tus palabras. Las salamandras tienen una cara irresistiblemente graciosa, ¡parece que se ríen! ¡que traman algo! Un beso fuerte y gracias por tu lindo comentario.
EliminarGenial, Gema. No me da tiempo a leer todo lo que escribes, ¿Te has quedado con las musas de todos? Un fuerte abrazo. (Comparto el poema)
ResponderEliminarQuerido Alfredo, muchas gracias por asomarte por aquí - es todo un detalle por tu parte, con los carámbanos ya se sabe que sopla el viento -. Tengo a las musas enjauladas en mi sótano, ¡me temo que me has descubierto! Un abrazo y hasta pronto.
EliminarPosdata: Hay que aprovechar cuando se tiene tiempo para quitarse el gusanillo de escribir...
Hola gema, ufff, estaba deseando tener tiempo de conocerte y aquí me tienes dispuesta a absorber tus poemas.
ResponderEliminarEn éste ya nos haces un precioso cuento donde como salamandras nos hemos subido por el tallo de tus versos.
Gracias por venir a verme y así poder conocerte.
Besos.
Muchas gracias Marinel, sé bienvenida y acomódate entre los cojines de mi pequeño caos, te diré cómo se suele decir a las visitas, perdona el desorden, permiteme que te enseñe mi casa.... Insisto, gracias por tus palabras y por tu visita. Un beso
EliminarNo se puede intentar ser lo que no eres, pero incluso la salamandra puede soñar, es una nueva fuente de vida.
ResponderEliminarBesos.
Efectivamente, no lo podría haber dicho mejor. ¡Un abrazo! Gracias por tu visita.
EliminarSalamanca vrs libélula, un verdadero tango letal.
ResponderEliminarSaludos Gema.
Sí, aunque la pobre libélula tuvo pocas posibilidades de pisarle los pies a la salamandra. Un abrazo Pluma Roja!
EliminarEXCEENTE!!!! UN PLACER VISITAR TU ESPACIO.
ResponderEliminarUN ABRAZO
Gracias amigo, el placer es mío de tenerte por aquí. Saludos
EliminarTus palabras se deslizan,
ResponderEliminarcomo pétalos de rosas
y me llegan las caricias,
de letras muy seductoras,
eres Gema, mi delicia,
poeta encantadora,
eres la poesía
transformada en una rosa
eres la luz en mis días
y me alejas de la sombra...!!
Un beso fuerte para ti...!!!
Sé bienvenido querido Federico, ¡Qué poema tan bonito! Muchas gracias, me ha encantado.
EliminarEntre el confuso tráfico,
vivo en tus versos selváticos,
- alegóricos, armónicos -
Escribes a las musas mosaicos
en cascada y abanico.
Déjame refugiarme en tu ático,
déjame leer, déjame soñar...
Un fuerte abrazo, ¡hasta otra ocasión!
Gracias, el encantado he sido yo, tesoro de poeta, además:
EliminarNo he visto poeta alguna
que de tal forma expresara
las letras, una por una,
ya convertidas en magia...!
Besos para ti, muchacha...!
Se llenó el mundo de salamandras.
ResponderEliminarLas libélulas se han extinguido.
Escribamos epitafios para recordarlas.