Negra vastedad de luces
devoras una a una
las calles de mi ciudad.
Las farolas casi sinónimas
de las estrellas celestes,
- en suspensión -
se dilatan como pupilas
en el oscuro iris nocturno.
El furor de la máquina
se convierte en un canto de
grillos amordazados.
Por la ventanilla entra
un mundo impropio de
sombra y silueta,
se enrosca la celeridad
a los relojes pausados.
La impaciencia de nuestra era
absorta lee el periódico
y mira las carreteras de neón.
Las copas vacías de los árboles,
son nubes de estatismo o
de viento pasajero.
Las estaciones son los hogares
donde duermen los espectros.
Se suceden las paradas como
las épocas que bostezan:
de la antigüedad a la hecatombe.
Una voz lacerante. Una viuda
sin rostro. De vagón en vagón,
consigue que se besen
las monedas y se despidan
con lágrima y tintineo sordomudo.
Bajo los pies se agrandan las tinieblas
y el acero se funde con la carne.
Canta el ruiseñor vigilante:
Lluvia, vapor y velocidad.
Vamos dejando una estela
en la rutina de lo abstracto,
brillamos: somos luceros terrestres,
bajando y subiendo.
Descarrilamos en una nada
que nos somete y nos acordona la pisada.
La noche se deshace en flemas alegóricas,
y el cristal del tren contiene mi ciudad,
esa que se esconde y se mueve.
G. S.
como un testigo la voz hablante nos lleva en su viaje descriptivo hacia las sensaciones que le provoca el paisaje que se sucede
ResponderEliminarbuena jornada
Un viaje sentimental muy potente, gracias por el billete
ResponderEliminarAún así en un momento determinado toda vida cobra sentido.
ResponderEliminarNacemos para ese instante en el que poder iluminar con amor
la vida de alguien, no es mucho lo sé, pero es lo que es.
Un beso.
Un viaje, de un día cualquiera, a una hora cualquiera, en esa gran y misteriosa ciudad.
ResponderEliminarUn abrazo.
Descarrilamos en una nada que nos somete y nos acordona la pisada...
ResponderEliminarMe encanta!
Estamos viajando continuamente, en algún momento... Sin darnos cuenta, sin movernos ...
Un abrazo
Precioso,
ResponderEliminarsolo he de decir que no tengo palabras para describir lo que me hizo sentir. Gracias
un recorrido que llega a algún lugar.Seguro
ResponderEliminar*caso sea comenzar a tiempo y lugar exacto.
ResponderEliminarlas estaciones,
como NADAS,
no aprendieron a detenerse*
lo demás, claro es: hecatombe, G.M.
besos
Preciosa. Me ha gustado mucho tu blog, me hago seguidor. Saludos desde Cantabria.
ResponderEliminarhttp://faunacompacta.blogspot.com.es/
Un viaje lleno de sensaciones, beso
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