eres como una marea desatada.
Vas rugiendo por mi espalda.
Y también como el huracán que
despeina mis pestañas.
Te lo diré
cuando el sol no me escuche
y la noche se haya distraído
contando estrellas en el infinito
de mis floridas caderas
de jazmín y romero.
Atiende...
¿Me dejas ser el rumor que zarpe
libremente
(sin timón)
entre tus declives y cumbres?
Abrirme camino por la espesura
de tu torso salvaje...
que sabe a enredadera indómita y
cloruro de sodio salpimentado.
G. S.
Castrojimeno (Segovia), agosto 2014. Gema Sanz |
Una maravilla de poema... Buenísimo!!
ResponderEliminarY las imágenes también.
Muchos besos
Carmen, ¡infinitas gracias! Me alegro de que te haya gustado. Recibe un fuerte abrazo.
EliminarQué belleza de poema...no sabría con qué verso quedarme.
ResponderEliminarFelicidades por el y por las fotos, son magníficas.
Gracias amiga, la calidez de tus palabras me arropa en este frío día de invierno. Te doy la bienvenida a esta pequeña guarida en medio de la urbe. Nos leemos, un abrazo.
EliminarMe falta una maldita "s" para salir en tu poema....
ResponderEliminarQue poco ha faltado!!!
Muy perspicaz, ¡tal vez en otra ocasión! Un saludo Toro
EliminarHermoso poema acompañado de tus hermosos sentimientos que vá en ellos,,,Unas fotos entrelazadas bellisimas!!
ResponderEliminarGracias por compartir
Con cariñoV ictoria
Gracias Victoria, un fuerte abrazo, ¡hasta otra ocasión!
Eliminar