martes, 27 de enero de 2015

Añicos grandilocuentes

Quiero decírtelo muy claro,
eres como una marea desatada.
Vas rugiendo por mi espalda.

Y también como el huracán que
despeina mis pestañas.

Te lo diré
cuando el sol no me escuche
y la noche se haya distraído
contando estrellas en el infinito
de mis floridas caderas
                    de jazmín y romero.

Atiende...
¿Me dejas ser el rumor que zarpe
libremente
(sin timón)
entre tus declives y cumbres?
Abrirme camino por la espesura
de tu torso salvaje...
que sabe a enredadera indómita y
            cloruro de sodio salpimentado.

G. S.





Castrojimeno (Segovia), agosto 2014. Gema Sanz




8 comentarios:

  1. Una maravilla de poema... Buenísimo!!

    Y las imágenes también.

    Muchos besos

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    1. Carmen, ¡infinitas gracias! Me alegro de que te haya gustado. Recibe un fuerte abrazo.

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  2. Qué belleza de poema...no sabría con qué verso quedarme.
    Felicidades por el y por las fotos, son magníficas.

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    1. Gracias amiga, la calidez de tus palabras me arropa en este frío día de invierno. Te doy la bienvenida a esta pequeña guarida en medio de la urbe. Nos leemos, un abrazo.

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  3. Me falta una maldita "s" para salir en tu poema....

    Que poco ha faltado!!!

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    1. Muy perspicaz, ¡tal vez en otra ocasión! Un saludo Toro

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  4. Hermoso poema acompañado de tus hermosos sentimientos que vá en ellos,,,Unas fotos entrelazadas bellisimas!!

    Gracias por compartir
    Con cariñoV ictoria

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    1. Gracias Victoria, un fuerte abrazo, ¡hasta otra ocasión!

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