Quiero leerte entre besos y
saborear tu ritmo acelerado.
Estoy
a merced de tu oleaje impreciso,
tiemblo a cada paso.
¿Acaso no escuchas
el rumor de un beso
aproximándose?
Estoy
a merced de tu oleaje impreciso,
tiemblo a cada paso.
¿Acaso no escuchas
el rumor de un beso
aproximándose?
La espera: estremecimiento.
Siento la brisa errante
entre el vacío que nos une.
Tu mejilla desnuda
entre el vacío que nos une.
Tu mejilla desnuda
llameante.
El tiempo, arena leve,
desmenuzándose...
La nuca tiembla.
Escalofrío que desemboca
en lo irracional.
en lo irracional.
Aroma que te lleva de vuelta.
Tropiezo en la esquina de tu boca.
Y después,
liberado el deseo;
ya nos estábamos esperando.
Tropiezo en la esquina de tu boca.
Y después,
liberado el deseo;
ya nos estábamos esperando.
¡Qué vivir ante la vida!
G. S.
Preciosos versos llenos de una gran sensibilidad y deseo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Todo latente, todo a punto de desatarse...
ResponderEliminarMe gusta la tormenta que lleva a tus versos y la brisa acariciadora de tus besos.
ResponderEliminarBesos
André
Hermoso
ResponderEliminarCuánta pasión habita en esos versos. Saludos.
ResponderEliminarMagnifico siempre. Besos, Gema.
ResponderEliminarSiento la brisa errante entre el vacío que nos une. MARAVILLOSO, saludos.
ResponderEliminarSiento la brisa errante entre el vacío que nos une. MARAVILLOSO, saludos.
ResponderEliminarEntre página y página, en su horizonte, quedaron aquellas palabras.
ResponderEliminarBss
Muy buen poema , con la cadencia justa de la delicadeza femenina
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