Peregrina de pies jadeantes,
se enzarzan las orquídeas
en tu rostro de alabastro y
una guirnalda de estrellas
ilumina tus abatidos pasos
en la oscura y tibia noche.
Recorres insólitas veredas
de cielos somnolientos;
vas dejando un rastro de
horas y días moribundos.
Extranjera en camas de
naufragios y sirenas:
sigue el rastro de
besos clandestinos...
Hoy el sexo sabe a tormentas
en alta mar y a pozos
de sangre y saliva - sin fondo.
Tuvimos la luna llena en la palma de la mano...
Por una noche,
por una eternidad derramada.
G. S.
Hay instantes eternos en la cara oculta que la luna desconoce.
ResponderEliminarBss
apasionada
ResponderEliminarEs cierto, por una noche tuvimos a esa luna en la mano.
ResponderEliminarUn abrazo.
Bonito poema , muy sentimental.Besicos
ResponderEliminarY habló un sentimiento nostálgico con la fuerza del cariño.
ResponderEliminarMil besitos, preciosa y feliz domingo.
Se tuvo, aparentemente, pero todo volvió a su lugar de desposesión... UN abrazo.
ResponderEliminarMás vale una luna plena que mil lunas soñadas.
ResponderEliminarUn placer conocer tu espacio, vital e intenso.
Saludos
me encanta tu blog, es en realidad. A menudo me gustaría visitar y escuchar toda su escritura. ya que puede añadir un montón de inspiración para mí.
ResponderEliminarhttp://pengobatananak.com/
Amamos la luna por su eterna mirada blanca sobre nuestras vidas caducas.Y le escribimos poemas que son cantos a su belleza y a nuestra incapacidad de sobrevivir.Me encanta tu forma de decirlo.
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