martes, 3 de marzo de 2015

Alucinación daliniana

En un ataque de cordura
abrí todas las ventanas
para ahuyentar los relojes
y sus manecillas endiabladas.

Espanté las horas
dibujando aspavientos y
los segundos se fueron
con el rabo entre las patas.

La cafetera gemía y
llenaba mi rostro de niebla.
En medio de esa confusión,
lo vi claro:
                 el tic-tac de mi corazón
                 me sonaba a desierto eterno y
                 a mecanismo sofisticado.
Así,
inesperadamente
descendí hasta mi propio averno.
Me engulló la nebulosa y
se cerró la cremallera de mi ser,
                           a cal y canto.

El inmundo pitido o el olor a café
recién hecho me reavivó.
Desperté y me bebí una taza
de mi propio espanto:
                      ¡Me había dormido y
                       llegaba tarde al trabajo!

Volví al equilibrio
de la realidad y al
desorden del arqueado azar y
mientras salía de aquella casa pensé:
                      "algún día las estrellas
                       olvidarán mi nombre." Y
antes de cerrar vi
que las ventanas estaban abiertas,
                            de par en par.

Me pareció tan real la vida que
casi podía soñar con ella,
tan sólo cerrando los párpados
- mis dos persianas existenciales -
¿de carne o de polvo de estrella?
Bien, eso nunca se sabe.


G. S.   

12 comentarios:

  1. Hay que tener cuidado con esas ventanas que dejamos abiertas.
    Un abrazo.

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  2. perdona si te a molestado algún comentario mio

    673119923

    me gustaría oir tu voz

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  3. Todo el poema me parece bello.

    Saludos.

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  4. Mas sueño que otra cosa, pero vívido eso sí.
    Un abrazo.

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  5. Abrir las ventanas para respirar los sueños y sentirlos vivos, para respirarlos y sentir su oxigeno.

    Un beso.

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  6. Entre los sueños y la realidad ha salido este impactante poema. Bien.


    Saludos

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  7. Tienes una forma de escdirbir que me gusta.Besicos

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  8. Unos sueños muy bien versados.
    Tienes una forma de escribir preciosa.

    una lluvia de besos

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  9. Brillante

    Delirante

    Buena discípula

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  10. Momento de cambios, dejar que el aire se vaya renovando. El café de la vida nos devuelve realidad. Genial manera de expresar un momento vital.

    Mil besitos, Gema.

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  11. Me ha interpelado y eso es tanto que no puedo dejar de agradecértelo.
    Un saludo

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  12. Los ataques de cordura son los peores, pero a veces son necesarios para sobrevivir.

    Un perfecto sueño daliniano con cuerpo de poema para deleite de los sentidos.

    Me gusta tu forma de decir.

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